LA VISIÓN DE LA PERFECCIÓN
El material a continuación le fue dado a la Maestra Hilda por el Maestro Hilarión de la Gran Logia Blanca:
Está en el plan cósmico que todos los hijos de Dios deben ascender a la consciencia del Reino de los Cielos en su interior, del cual ellos descendieron. Este corruptible debe volverse a la incorruptibilidad; este mortal debe volverse a la inmortalidad. El paraíso debe ser ganado de nuevo, porque Dios es perfecto y perfectos debemos ser. La llave de la puerta del Reino de los Cielos es la verdad interna. Úsenla, abran la entrada y entren sin miedo alguno.
El gozo que le aguarda al verdaderamente generoso buscador no puede ser imaginado por un mortal. Por qué sentirse satisfecho con mitad de verdades bebiendo de aguas contaminadas mientras que el flujo de la perenne fuente de la sabiduría te invita ¿Por qué pasar sed y no beber hasta saciarse de las aguas de la verdad que restauran tu alma. Vive en la inmortalidad. ¡Vive! ¡Vive! ¡Vive! Vive la vida de la abundancia que se desborda de paz y copiosidad. Sé tu mismo la vida. Conviértete en una manifestación del mismo Dios, un ser regenerado y perfecto. Ama a todas las criaturas tanto grandes como pequeñas. ¡Ama! ¡Ama! ¡Ama! Sé uno con el Dios Viviente, el Dador de todo lo bueno que buscas fuera de de ti en otra forma. Vive en la Gloria que el Padre te ha preparado. Deja de ser un hijo pródigo perdido y sin dirección. Todos los poderes y los dones que tiene el Padre son tuyos. Dios extiende sus amorosas manos repletas de valiosos regalos. Ponlo a prueba. Bendiciones sin límites pueden caer sobre ti. Acéptalas no las desperdicies, no le des la espalda al abastecedor de estas maravillas. Todo lo que Él pide es que recibas, con el corazón y las manos abiertas y sin cerrarlos para al mismo tiempo dar, dar, dar. Da y recibe el gusto de vivir. Ama y encuentra los manantiales del corazón de Dios. Vive la vida perfecta en toda su gloria. Elimina lo viejo y recibe lo nuevo. Un cambio en el orden de la tierra nos reta. Conviértete en un hombre nuevo, una mujer nueva, transformados para vivir la vida de la abundancia divina, una vida en la que se da en amor y se recibe en amor.
Despierten, Hijos del Amanecer y vivan en la Nueva Era de la Hermandad. Apréndanse las lecciones de la vida que es vivir, amar, pensar, sentir, actuar espontáneamente y hablar con autoridad como maestros. Ayuden a que todos lleguen a tomar consciencia de la Verdad. No descuiden a ninguno. Todos deben tener su oportunidad. Sean incansables. Manténganse alerta para hacer una buena obra, echar una mano. Estén al tanto de la oportunidad. Olvídense de sí mismos. Olvídenlo todo menos Dios y sus enseñanzas porque sólo Dios es su maestro.
No hay nada real en la vida más que la Verdad. Todas tus vidas pasadas, tus problemas, tus sufrimientos y tu alegría no son más que el entrenamiento hacia una maestría del cuerpo de la mente y de las emociones en el sendero que nos lleva de la irrealidad a lo real, de la oscuridad a la luz, de la muerte a la inmortalidad.
Existe sólo una meta la meta final: la vida eterna. El verdadero vivir no es más que la expresión de lo divino en nosotros. Olvida todo lo que es menos que esto. Obtén la visión de la perfección y aguántala. Nunca la pierdas, ni por un pequeño instante de tu transitoria existencia. Continúa apuntando a la meta. Sé sabio y vive como los sabios. Que no te importe la charla del conocedor del mundo que se ahoga en el abismo de la ignorancia. Encuentra el Camino, la Verdad y la Vida y vívela perfecta en el eterno momento del Ahora sin que te importen las opiniones de los otros que con frecuencia son poco amables e innecesarios; pero se bondadoso en tu opinión de ellos ya que ellos son tú mismo en diferente forma. Elos también fueron creados en la imagen y semejanza de Dios y nacieron del Amor. Todos están en ti y tú estás en ellos, las manifestaciones de la eternidad de la vida. Inspírate a vivir cada minuto intensamente fiel a lo más alto en ti. Vive positivamente cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día hasta que la verdad y el amor se conviertan en los valores más importantes de tu vida. Desea, más que nada, la Verdad por encima de todo.
Om, Shanti, Om
Por la perfección que veo en ti te alabo y te bendigo.
-Maestro Hilarión