Extracto de la Lección de Hilda Charlton del 10 de Marzo de 1977
Ustedes no saben vivir. No saben como arreglárselas en este mundo. Ustedes no saben por qué vinieron al mundo. Ésa no es la plática de esta noche, es sólo el aperitivo. Ustedes no saben como vivir en este mundo, bajan acá y quieren quedarse colgando en el espacio hasta regresar. Sólo quieren pasarla bien. No, no saben a qué vinieron y, por lo tanto, no saben vivir aquí y es por eso que tienen que continuar encarnando una y otra vez. Porque vienen y no se enfrentan con la Tierra y no viven lo que es Tierra ¿Saben lo que quiero decir con esto? Claro que no, pero les digo: vienen aquí a aprender lecciones. Vienen a vivir las leyes de la tierra. Tienen que cumplir y respetar las normas. Eso es la vida, hasta que uno se limpia y entonces no tiene que venir con tanta frecuencia. (Pero eso no sucede hasta que se lleven por esas leyes que vinieron a aprender) Vamos a decir que vinieron y mal usaron su cuerpo y lo arruinaron debido, por ejemplo, a su falta de control. Entonces tienen que venir otra vez y en esa vida estarían cuidando sus alimentos, haciendo dietas, viviendo correctamente de una manera más sana, cuidando su cuerpo y haciendo todo aquello que no hicieron y que les echó a perder sus vidas anteriores, y es entonces que comienzan a cumplir. Pero si vuelven a hacer lo mismo otra vez, como algunos de ustedes lo están haciendo al fumar y tomar drogas, van a tener que continuar viniendo vida tras vida a hacer lo mismo. Tienen que aprender a vivir aquí abajo. En sí es muy simple. Es tan simple que hay personas que ya no tienen que aprenderlo, simplemente son ellos mismos sin muchas complicaciones. No trabajes sólo para sobrevivir, trabaja para Dios y Dios te lo devuelve aquí mismo en la Tierra con alguna bendición o con un buen trabajo, etc. No simplemente trabajes para comer y tener, no fue eso a lo que viniste. Viniste para aprender ciertas leyes de la Tierra. Los Maestros Divinos, o como quieran llamarles, llámenlos los Maestros de la Gran Logia Blanca, o Los Jueces del Karma, o lo que gusten, que llevan las reglas de esta Tierra, son como la policía celestial. No te les puedes escapar y son los que ayudan a la humanidad. No son una amenaza. Yo estaba trabajando con alguien hoy y esa persona me dijo: “Usted me está amenazando.” Yo le contesté que yo no tenía que amenazar a nadie, ni tampoco había hecho las leyes ¿Para qué venir a este mundo? ¿Para qué tomar un cuerpo? ¿Para venir y jugar nada más con los entretenimientos de la Tierra? Vaya pérdida de tiempo. A ver, cada uno de ustedes ¿para qué tomaron un cuerpo? Podían haberse quedado donde estaban, igual que yo. Pero tienen que aprender a vivir y a amar al prójimo. Paren el chisme y la crítica, no sean rudos ni mal intencionados. Dejen de estar pensando que el otro los dañó. Entren en su subconsciente y entérense para qué están aquí. Una chica vino conmigo hace tres años, ella todavía viene a nuestras reuniones. Alguien había asesinado a su hermana y ella quería encontrar al asesino y vengarse. Yo le dije que lo dejara en manos de Dios. Tres años después me llama de nuevo, aún en su misma vibración, todavía estaba buscando al asesino. Yo le repetí que ya lo dejara en manos de Dios que quizás hasta ya se había encargado de que lo metieran a la cárcel. ¿Para qué tomar esa responsabilidad en sus manos? No era a ella a quien le tocaba hacer justicia. No se tomen esas tareas que no son suyas. Aprendan a vivir. Aprendan a saber lo que es responsabilidad suya y lo que no lo es. No se dejen llevar por las emociones. Aprendan a ver lo que tienen que corregir en sí mismos. Los otros días llegó a verme una joven y llegó antes de la hora de la cita. Yo le pregunté por qué había llegado tan temprano y me dijo que era porque toda su vida anterior había estado llegando tarde y había tenido una videncia de algo que había sucedido debido a su tardanza. Por lo tanto, ahora se había hecho el propósito de cambiar y siempre llegaba antes de la hora. Aprendan que es lo que tienen que hacer en esta tierra y háganlo. Y de ahí se elevarán.
Concéntrense en eso, oren por eso: Divina Luz en mí Ayúdame a reconocer lo que yo he venido a aprender aquí. Lo que yo no comprenda hoy - permitiré que quede grabado en mí Para que surja después como una nueva consciencia. Lo que me pertenece lo llevaré conmigo y se convertirá en parte mí. Seré paciente permitiendo que otros reciban mientras ellos son pacientes cuando yo recibo. Todo no es para todos al mismo tiempo. Ahora enfocaré mi mente y me concentraré Estaré listo y alerta para tomar lo que es mío.
Siempre hemos estado expresando que el camino a Dios consiste en liberarse de nuestras características más bajas, pero si vas demasiado rápido en tu desarrollo y no cuidas ciertas características como los celos, la envidia, la intolerancia, la avaricia, etc. Puedes recaer en el poder de tu ego o naturaleza humana y convertirte en infelicidad para ti y para otros.
El yo es lo que más nos hace sufrir en este mundo. En el yo sentimos si alguien nos desprecia, en él sentimos lo que queríamos y no pudimos obtener: “Yo quería esto o esto otro y no lo obtuve o no lo logré” –
Le pedimos a Dios por nuestra salud, pero no nos cuidamos. Muchos oran y quieren estar cerca de Dios, pero a su manera. Cambian sólo lo que están dispuestos a cambiar o dejar a un lado., que ya no quieren que, muchas veces, no tiene nada que ver con lo que tienen que dejar.
Examina siempre los pensamientos adversos porque hay que liberarse de ellos, como, por ejemplo, la “irritabilidad” ¿Cuantos de ustedes padecen de irritabilidad? (No tienen que levantar la mano) Indiscutiblemente que vivimos en un mundo irritable. Es una dificultad común el tener que vivir en la presente civilización. Empezando por el hecho de que hay muchos ruidos. El ruido altera los nervios aunque uno no se dé cuenta. A veces regresan a sus casas después de un día de trabajo y se sienten cansados. Mahara Mamanandi nos decía que hiciésemos las respiraciones alternativas tres veces cuando llegáramos a la casa del trabajo o de estar afuera para limpiarnos de toda la basura que recogemos. (hacer la respiración). Ese cansancio que a veces sentimos se debe a los ruidos constantes y también a la presión de cuerpos astrales vibrando a diferentes grados de velocidad – si estás en el metro todo el mundo está vibrando a un grado de velocidad diferente. Eso quiere decir que unos vienen cansados, otros vienen enojados, otros vienen preocupados, otros vienen enfermos o apurados y todas esas vibraciones uno las recibe. Indiscutiblemente son vibraciones superficiales no penetran profundamente. La irritabilidad no penetra muy fuertemente a no ser que uno se lo permita (por eso en dadas situaciones alguien protesta o da un empujón) Eso no te afecta mucho, a no ser que tú lo conviertas en enojo. Es como cuando uno tira una piedra al lago y la piedra se hunde pero quedan los anillos por un rato en la superficie. Y eso es lo que le sucede a la gente que está alrededor. Si permites que el enojo entre en ti, el efecto dura más que tus sentimientos ¿comprenden eso? Puede ser que tú lo superes en diez minutos y te puede durar un minuto si tienes cerca de alguien que es cariñoso contigo, pero el efecto en tu cuerpo astral no se borra tan fácilmente y puede durar hasta 48 horas, eso hace que te debilites y puedes terminar contagiándote con alguna gripa o resfriado de alguna índole. (Cuando nuestro cuerpo físico o astral se asusta o se enfada se debilita – luego uno se pregunta por qué a fulano se le pegó y otros no. Esa es la respuesta: porque uno de sus cuerpos, físico, astral o emocional lo captó y por eso se debilitó). Tenemos un cuerpo físico, un cuerpo astral, un cuerpo mental, un cuerpo emocional….Son como capas. (Una emoción que es solamente una vibración, puede afectar nuestro cuerpo físico. Un susto puede causar un paro cardiaco. La ciencia tiene su forma de explicarlo, pero nosotros lo vemos desde otro espacio ¿Por qué una preocupación causa efectos similares? Porque si te preocupas demasiado por un cierto problema y lo dices una y otra vez en tu mente sin llegar a ninguna conclusión entonces causas algo parecido.
De vez en cuando nos encontramos con gente argumentativa, esos que lo discuten todo. Personas de ese tipo tienen su cuerpo mental en una inflamación permanente y la más breve provocación por muy ligera que ésta sea puede terminar en discusión o pleito. (¿No se han encontrado ustedes con personas que todo lo discuten? Son bien enfadosas) Para ese tipo de persona no hay esperanza de crecimiento espiritual a no ser que desarrolle un balance. Para nosotros tenemos que tomar en cuenta que cualquier buena intención hacia otra persona dura más tiempo que cualquier mal que pueda venir en nuestra dirección. Porque el amor funciona en las mejores partes del cuerpo astral. Los efectos de un pensamiento de amor fuerte o de devoción permanecen en el cuerpo astral hasta mucho después de que la ocasión que la causó es olvidada. Yo espero que esto sea de tanto valor para ustedes como lo es para mí.
Cada palabra cuando es pronunciada hace como si fuese una muy pequeña tormenta en el éter. Cuando hablamos, o reímos creamos un color además de un sonido. Por lo tanto sean cuidadosos con lo que dicen.
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