Pioneros del Espíritu
Las últimas enseñanzas de Hilda Charlton
Capítulo Tres
Valor y Maestría
Esta plática fue presentada el 28 de Mayo de 1987
El cambio va llegar. El día del despertar no está tan lejos. Cuando llegue será una revelación del poder de Dios, una manifestación de la omnipresencia del Señor. Esta será la señal para un gran paso adelante y para la separación de todos aquellos no estén listos para aceptar el reto del momento. Así es como va a ser. Marquen mis palabras, pero muy pocos van a oír, muy pocos.
Después de la tormenta, habrá un nuevo empezar, y la atmósfera será completamente diferente. Será una nueva era, una era de amor, de armonía, de cooperación, reemplazando la era de guerras y pleitos y odio y celos y avaricia y todos esos aspectos negativos de la vida. Todo el mundo debería de prepararse ahora - ¡ahora! - para este cambio, porque yo les prometo que vendrá y solamente los que estén listos sobrevivirán.
Les he dado el aviso, les he dado mi mensaje mil veces y el que oiga mis palabras no puede pretender desconocimiento. Nadie que haya venido a estas reuniones más de tres veces puede pretender desconocimiento del hecho de que tiene que cambiar, porque lo estoy diciendo a gritos.
Tengo aquí una carta que me gustaría leerles. Es de alguien que ha estado viniendo a estas clases. Me encanta saber de ella. Dice:
"Cuando llegué con usted hace cuatro años, era una adicta a la heroína y una chica de la vida alegre, o séase prostituta. Gracias a sus clases y algo de ayuda de Alcohólicos Anónimos, mi vida ha sido transformada. Traje a mi hermano y a mi madre conmigo esta noche. Son nuevos al camino y hace tiempo que la quieren oír hablar. Le doy las gracias por mi vida desde lo más profundo de mi corazón y por estas clases que han significado tanto para mí a través de los años.
Hoy en día trabajo con los que sufren del SIDA en el Bailey House, porque yo pude haber sido uno de ellos. Que por la gracia de Dios no sucedió. Este trabajo me renueva y me da fuerzas a diario. Perdimos a ocho jóvenes el mes pasado. Por favor ruegue por sus almas para que estén en paz.
De nuevo le doy las gracias por renovar mi espíritu y llevarme a las aguas tranquilas y los pastos verdes del espíritu, del alma y del corazón."
¿No está eso precioso? Ahora, con el permiso de ustedes, quiero hablarles de "Shoa", el documental sobre el Holocausto. Por tres días lo pasaron por televisión. Ahí me senté yo sintiendo a la ciudad llena de coraje. Este sentimiento, que era la angustia de los judíos que estaban viéndolo, entraba por mi ventana. Ver "Shoa" era peor que ver esas horribles fotos de cadáveres en las fosas a las que ya estamos acostumbrados, porque esto lo dejaba todo a la imaginación. No había personajes. Te mostraban un tren yendo hacia un lugar y el narrador lo comentaba. Lo que nos imaginábamos era peor que ver las cosas de las que, como ya nos hemos puestos tan duros, las podemos ver sin que nos afecten.
Lo que más me llamaba la atención, hasta que lo aclararon durante los últimos diez minutos, era que el que hizo la película insistía, de una manera muy particular, en mostrar una cruz con un Jesús clavado o una iglesia con mucha gente afuera, cristianos, hablando sobre como habían visto que se llevaban a los judíos. Él estaba tratando de probar algo sobre los cristianos en referencia a los judíos y ya se hacía algo pesado. Pero en los últimos diez minutos, dijo: "Siento que he hecho una película triunfadora”. Él se había ensimismado en ese horror y me imagino que tendría algo contra el cristianismo, mientras que fue Hitler, como sabemos, quien lo hizo y Hitler no tenía ninguna religión.
Por el hecho de que recibí tantas cartas sobre el programa que les acabo de relatar, voy a hablar un poco sobre el mismo esta noche. Aquí está una carta que me enviaron y voy a pedirle al autor que se la lea a ustedes.
(El autor la lee)
"He pasado algo de tiempo recientemente pensando en el holocausto y mis impresiones de la Segunda Guerra Mundial, debido a que viví en Europa a mediados de los años cincuenta. Mi padre estaba en la Fuerza Aérea y estábamos estacionados en Francia del 1954 al 1957. Las historias que oí como niño, eran las de personas comunes y corrientes que estuvieron tratando de vivir bajo la tiranía nazi. Los comerciantes del pequeño pueblo tenían tanto miedo que no pensaban que tenían otra opción, más que obedecer a los abusadores que invadían los poblados y dictaban la rutina de la vida cotidiana de cada uno.
Yo conozco historias de primera mano de extensas organizaciones clandestinas a lo largo de Francia que pelearon para subvertir a la policía de los nazis. Una mujer francesa, casada con un norteamericano que daba clases en mi escuela, le habló a mi clase sobre el periódico clandestino que ella ayudó a publicar en Paris y sobre las personas que arriesgaban sus vidas para usar las máquinas de escribir durante horas laborables, y aún más tarde, y las que manejaban las máquinas de imprenta, que eran muy primitivas y brumosas según los estándares de hoy, tratando de no dejar manchas de tinta en sus manos, mientras mantenían a Francia informada de las verdaderas noticias detrás de los bastidores en la Francia ocupada.
La historia que quiero contar es una tragedia. La oí de mis padres cuando fueron a visitar un monumento conmemorativo de la guerra en un pintoresco poblado cerca de donde ellos vivían. Había habido algo de actividad clandestina cerca de esta aldea cristiana en Francia central. Los Nazis tenían sospechas de que se habían transmitido mensajes vía radio desde ese poblado y las fuerzas de resistencia habían destruido campamentos nazis en el área. Los Nazis sentían que la aldea era el centro de una red de luchadores de la resistencia. Lo que los nazis hicieron como represalia fue ordenar que se reuniera todo el poblado. Como todos los jóvenes habían sido llevados a campamentos de trabajo o se habían ido a unirse a las fuerzas de resistencia, los únicos que quedaban en el poblado eran mujeres, niños y ancianos. Los nazis los fueron reuniendo a todos y los llevaron al templo católico y procedieron a destruir al pueblo entero. Entonces le prendieron fuego al templo con toda la gente adentro. Una mujer se trepó por un muro muy alto hacia un ventanal y tiró a su hijo hacia fuera, entonces se tiró ella. Se deslizó por las paredes de un pozo y se escondió con su hijo. Después de que oscureció se salió del pueblo sola con su hijo. Ellos fueron los únicos dos sobrevivientes del pueblo. No fue hasta después de la guerra que los nazis descubrieron que habían destruido el pueblo equivocado, confundiendo los nombres de dos aldeas gemelas.
Esta historia tiene como propósito complementar lo que estamos tratando de hacer aquí con la unión de las religiones. Todo tipo de persona y de todas las religiones sufrieron bajo la maquinaria del poder de Hitler. En este país nos olvidamos que era la gente común y corriente los que trataban de impedir que Hitler llegara a su meta en sus países, en sus ciudades y sus pueblos. Tuvieron que luchar muy duro y muchos de ellos pagaron el más alto precio con sus propias vidas.
Puede aparentar, debido a la distancia en tiempo, que había poca o ninguna ayuda, pero yo me he enterado de demasiadas historias de iglesias y escuelas y gente que ayudaron a esconder a los perseguidos. Más de una vez me he preguntado si yo sería tan valiente, como lo fueron esas personas, si tuviera que cuidar de mis hermanos y hermanas en tiempos de gran necesidad. Yo siento que todo el mundo debe tomar un momento de reflexión y decir: “Sí, yo me arriesgaría para que una persona pudiera salvarse de un holocausto en un futuro. Yo podría tomar a alguien de la mano y esconderlo de alguien o protegerlo a él o ella en el momento en que lo necesite.”
Estas experiencias pasadas han ayudado a darle forma a mi búsqueda de una protección real en futuros tiempos de crisis, para no tener que estar dependiendo de dinero, de aparatos o aún de otras personas para mi sentido de seguridad. Siempre me ha perseguido la idea de una urgencia para estar preparado para el horror de un próximo futuro que será diez veces mayor que el último, del cual, como dice la Biblia, “Nadie sobrevivirá a no ser que esos días se acorten.” Y creo que sí se han acortado. Creo que se han acortado con el propósito de que podamos sobrevivirlos.
El Holocausto está sucediendo ahora. En Cambodia mataron a tiros a todo el que usara lentes y a todos los que tuvieran una educación. Ése es nuestro Holocausto moderno. Por la gracia de estas clases he visto que estos días serán acortados y que con una mente concentrada en Dios podremos pasar por esta tribulación que está pendiente y crear una Era de la Verdad. Gracias.
Esta es otra carta que me fue enviada:
Estimada Hilda:
Mi padre fue uno de los que vieron el documental “Shoa” y le afectó mucho. No quiere liberarse del pasado o su dolor y de su miedo a los que no son judíos, especialmente si son polacos.
Fueron cartas como ésta que recibí de personas que son judías, lo que me llevó a hablar sobre el tema esta noche, porque me pareció que el documental “Shoa” no mostró la valentía de los judíos. No mostró el corazón de los judíos. No mostró el heroico martirologio de los judíos que es tan obvio y real para mí. En “Shoa” se veían oprimidos, sin espíritu y créanme, algo que sí tenían era espíritu. Créanme que eran valientes.
Quiero leerles algo del libro Hasidic Tales of the Holocaust1 (Cuentos Jasídicos del Holocausto) En lo personal, creo que es uno de los mejores libros que he leído. Si en algún momento se sienten abatidos, lean este libro. Les dará valor. En cada historia alguien sale adelante. La persona más positiva sale adelante – a veces es sólo uno en una ciudad – pero, cuando sucede, lo inspira a uno. Les quiero leer dos historias muy cortas acerca de dos primos que verdaderamente muestran el valor del pueblo judío que no se muestra en el documental “Shoa”.
Era un soleado día de primavera, el 14 de abril de 1945, en un campamento cerca del pueblo de Gardelegen. El día de la Liberación se acercaba. El Ejército Rojo corría del este hacia el Río Elba y divisiones blindadas del ejército norteamericano avanzaban hacia el río por el oeste. A los nazis y sus colaboradores se les estaba acabando el tiempo y buscaban una forma rápida de eliminar a sus trabajadores esclavos. Bajo la dirección de un soldado Wehrmacht, jóvenes soldados en uniformes de la S.S. reunieron unos 1,100 prisioneros de varias nacionalidades, incluyendo un soldado norteamericano, y los llevaron en manada a un inmenso granero de ladrillos, sin techo, rodeado por dentro de paja empapada en gasolina y le prendieron fuego. Entre esos seres humanos en una infernal llamarada se encontraban los dos primos jóvenes.
Sería imposible tratar de escribir los gritos y las súplicas en el granero. Según se incrementaba el humo y crecían las llamas, los gritos se iban apagando y se convertían en tos. Pero las súplicas y rezos no paraban. Todas las oraciones individuales, los últimos rastros de esperanza se unían en una frase – el grito del hombre en un babel de idiomas: “¡Dios mío ayúdanos” “Sh’ma Yisroel” “Óyenos Israel, El Señor, Dios Nuestro Señor, el Señor es Uno”! Con cada oleada de flamas, el gritar de los seres que se quemaban se hacía más débil y distante. De pronto el cielo oscureció. Truenos y relámpagos estremecían la tierra. La lluvia caía como un diluvio.
Las llamas se apagaron. Un pequeño grupo de personas lograron salir del granero y tirarse al suelo inundado. Los dos jóvenes, que eran primos, le habían ganado a la muerte otra vez.
Cuando cesó la lluvia, los sobrevivientes, otros encarcelados y los prisioneros de guerra fueron subidos a camiones vigilados por alemanes y gendarmes y llevados a la foresta para ser fusilados.
La foresta estaba a unos kilómetros del campamento, el aire se sentía fresco y limpio. Los dos primos estaban en uno de los camiones.
“Estoy aburrido,” dijo uno de los guardias. “¡Oye tú, joven judío, cántame una de esas canciones o himnos que tu cantas!” El joven, jasídico, uno de los dos primos, tenía una excelente voz.
Era el 15 de Abril de 1945, sólo cinco días después del día de la Pascua judía. El joven comenzó a cantar un canto de la celebración pascual. Era una bella melodía. Al rato los otros prisioneros de diferentes nacionalidades e incluso los guardias, comenzaron a cantar. El suave viento de la primavera alcanzó a llevar las voces hasta los otros camiones donde también comenzaron a tararear la melodía.
Cuando iban llegando a la floresta, el guardia alemán paró el canto. “Dime lo que quiere decir tu canción. Tradúcemela.” el joven Jasídico tradujo: “Y esto es lo que nos ha socorrido a nuestros ancestros y a nosotros. Porque no fue uno solo que se levantó en armas contra nosotros para acabarnos, sino que en cada generación hay quienes se levantan en armas para acabarnos. Pero el Santísimo, bendito sea, siempre nos salva de sus manos.”
Imagínense esas personas cantando esa canción camino a ser fusilados. No me vayan a decir que eso no es valor, que no eran personas heroicas.
Cuando el joven concluyó la traducción, el alemán soltó grandes carcajadas burlonas diciendo: “Pues a ver como tu Dios te salva ahora de mis manos”.
“Todavía estoy vivo, pero no tengo miedo a morir” contestó el joven.
Llegaron a un espacio vacío en la floresta. Fueron llevados en grupos de seis a una barranca y ejecutados con rifles y ametralladoras. Los dos primos estaban en el último grupo. Había una expresión de triunfo en la cara del guardia alemán mientras conducían a los dos primos al lugar donde serían ejecutados.
De pronto llegó una motocicleta con dos oficiales alemanes de alto rango. Ellos dieron la orden de que los prisioneros que quedaban fueran devueltos al campamento. Gardelegen se acababa de entregar a las tropas norteamericanas.
“Llámenlo destino, llámenlo milagro o lo que ustedes quieran, dijo la Sra. Glatt cuando concluyó de relatar la historia de su hermano y su primo. “Pero algo sí queda claro. Nosotros, el pueblo judío, con nuestra abundancia de fe, nos las arreglamos para seguir viviendo para siempre.”
Ése es el espíritu que no se ilustró en el documental “Shoa” a pesar de que duró horas y horas. El propio cineasta había estado escondido en un pueblo cristiano y no conocía la valentía de su propio pueblo. Esa es la razón por la que toqué ese tema esta noche.
Ahora quisiera que cantemos algo y una vez más hagamos la labor que llevamos haciendo por los últimos diez años – armonizar todas las religiones. Cantaremos dos canciones. Vamos a contrarrestar toda esa ira y orar por todos los que murieron durante esa situación. Si aún no han llegado a espacio celestial, que se eleven en estos momentos y sean liberados. Pedimos perdón por la herejía de que un hombre demente haya gobernado un país y haya hecho lo que hizo. Sin embargo, que Dios nos ayude cuando llegue el Anticristo. Entonces no será sólo un país lo que él gobierne, sino un mundo – por poco tiempo, a Dios gracias, sólo por tres años y medio, según el Libro de Revelaciones en la Biblia. Y lo pasaremos con inteligencia.
Quiero que una de las oraciones judías más suaves y sagradas sea cantada en este momento por todos los que murieron en el Holocausto, pues ellos encontraron un Cielo.
Sh’ma Yisroel Adonai Elohenu Adonai Echad
(Escucha Israel, al Señor nuestro Dios, el Señor es Uno)
Ahora cantemos “Noche de Paz” para unirnos a todos y que no nos separemos.
Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor
Entre los astros que esparcen su luz
Bella, anunciando al Niño Jesús
Brilla la Estrella de paz
Brilla la Estrella de paz.
Yo les prometí en algunas de nuestras reuniones pasadas que los iba a ayudar con sus batallas internas para que permaneciesen libres en medio del caos de la Tierra. Tenemos que desarrollar una maestría. Tenemos que liberarnos de estar siendo empujados de un lugar a otro por nuestras mentes ¿No creen que ya es hora que esto suceda? La tierra allá afuera se está poniendo un poquito pesada, por lo tanto tenemos que volvernos más fuertes. Tenemos que mantener un balance en nosotros mismos.
Con frecuencia hablo de Maestros, y quizás este termino confunda un poco a algunos de ustedes ¿de verdad los confunde? ¿Como si alguien fuera a ser el amo y pegarles con un látigo u obligarles a hacer algo? Conmigo, los Maestros siempre terminan sus escritos con las palabras “Tus Hermanos Mayores”, lo que para mí quiere decir los que ya la han hecho. “Maestro” es el título que le dieron los discípulos a Jesús. Quiere decir alguien que ha creado una maestría al haberle ganado al mundo y a todas sus pruebas.
Todos los días están enfrentando pruebas ¿no es así? ¿Y no están volviéndose más y más difíciles? Entonces lo que eso quiere decir es que están mejorando, especialmente si están enfrentándose con pruebas más fuertes. Eso quiere decir que los Maestros están diciendo: “Bueno, vamos a darles una un poco más difícil y vamos a ver que pueden hacer.” Si verdaderamente pueden sentir que los Maestros están atentos a ustedes y están observándoles, no van a fallar. Tenemos que mantener un poquito de nuestro ego, lo suficiente para llevarnos por el camino. Si pierden todo su ego de un golpe entonces tienen el peligro de estancarse ¿Qué dice Dios?: “Desgraciadamente eres tibio, ni frío ni caliente, y por eso voy a vomitarte de mi boca.” (Apocalipsis 3:16) Nosotros no queremos ser vomitados de la boca de Dios; nosotros queremos ser de los fuertes. Así que sientan que están siendo observados. Cuando alguien les grite y ustedes le quieran gritar a ellos díganles: ¿Es ésa la forma de decir las cosas? ¿Sería esa la forma de hablarle a Hilda? Una vez un hombre llamó a casa por teléfono y usó cuanta palabra existía. Aprendí unas que nunca había oído. Y luego me colgó con fuerza. Yo esperé que pasara un minuto y le dije, “¿Es ésa la forma de hablarle a tu Hilda?” Y se puso tan suave como un corderito ¿Entienden eso? Hay que tomar las cosas como vengan y a veces hay que devolverlas.
Un Maestro es aquel que ha llegado a dominar las pruebas del mundo. Eso es todo lo que tienen que hacer. Este mundo es un colegio. Este no es el lugar real, chicos. Esperen que lleguen allá y verán. Pero uno no puede ir antes de tiempo. Cuando vas al colegio pagas tu matrícula y tienes que seguir los estudios hasta llegar a la maestría.
Maestro no quiere decir amo, ni el que tiene que estar con un látigo sobre nosotros, sino alguien quien, con su amor e interés, nos anima a que pasemos las pruebas de este mundo y nos graduemos en este kindergarten. Espero que esto aclare cualquier idea errónea que puedan tener. Ellos son hombres y mujeres que se han hecho perfectos, seres perfeccionados que han dejado su gloria para estar aquí cerca de nosotros y poder estar en contacto con nosotros mediante nuestras facultades internas y nuestra intuición y estimularnos. Ustedes dan un paso hacia ellos y ellos dan diez pasos hacia ustedes ¿Escuchan eso? Ustedes tomen un paso hacia ellos y digan: “Voy a hacer esto”.
Les voy a mostrar la inercia que tienen. Vamos a decir: “Voy a ponerme de pie”. Entonces díganse a sí mismos: “No, no creo que vaya a hacer eso. Hay mucho calor. Acabamos de sentarnos. A lo mejor nos hacen cantar otra vez.” Entonces díganse a sí mismos: “Sí, yo sí me voy a poner de pie” y lo hacen. Eso es lo que se llama maestría. Tener maestría sobre nuestros sentidos. Ustedes dicen: “Creo que voy a ir a abrir esa ventana.” Luego se dicen: “¿Para qué? Mejor me quedo aquí sentado con calor que caminar hasta la ventana para abrirla.” Pero cuando se digan a sí mismos: “¡No, no me voy a dejar llevar por eso, me voy a levantar y voy a ir a la ventana y la voy a abrir!” Entonces serán maestros.
Cuando tantos de ustedes se pusieron de pie para recibir la bendición en las últimas dos clases, ustedes entregaron su pasado. Sintieron la bendición del Espíritu Santo, el Ruach Ha-Kodesh, el Aliento de Dios, pero las fuerzas negativas tratarán de traerte de nuevo memorias de tu pasado. Ustedes se pusieron de pie y lloraron. Yo nunca había visto tanta gente llorar al mismo tiempo. Fue algo precioso. Muchos se acercaron y me dijeron que habían sido salvados, que se sentían avergonzados de su vida y todo estaba saliendo con esas lágrimas ¿Pero qué es lo que entra cuando salen por esas puertas? Salen y entra la negación en ustedes diciendo: “Tú no eres libre”. Jesús no te liberó en la cruz. Esas son tonterías.” En cuanto dices “Me siento verdaderamente enojado en este momento” abres un canal y los diablillos comienzan a repetir: “¡Enojón! ¡Enojón! ¡Eres un enojón! ¡No has cambiado! ¡No te has salvado!” Se les viene todo encima, por eso tienen que mantenerse en la verdad, tienen que decir: “¡Cállense!” Yo estoy bien y me mantengo en mi pensamiento”. ¿Comprenden esto?
Alguien me escribió y me dijo que en cuanto había llegado a su casa, la negación le comenzó a entrar. Y dice que le gritó y la calló. No estén escuchando esa negación que les dice que no son buenos, que no sirven para nada. Si algo les dice que son la imagen de Dios, pueden aceptarlo, pero no acepten toda esa negación de los años que se ha vuelto un hábito y que los hace sentir débiles sintiéndose mal porque hicieron esto o aquello: “Hace quince años hice esto, hace cinco años hice esto otro, anoche hice esto hace dos minutos hice esto otro.” Y continúan molestándose, nadie que tenga maestría hace eso. Por eso tienen que desarrollar una voluntad fuerte que le pueda decir al demonio que calle, que se salga. Es el amor lo que vence. Si la fuerza negativa llega a ti, toma tres alientos de amor en tu corazón y expíralos a tu alrededor. Lo haces otra vez y te garantizo que la negación desaparece. La vas a sentir desaparecer. Eso es todo lo que tienes que hacer. La oscuridad no soporta la luz.
Cuando yo estaba atravesando por mi iniciación con los Maestros, me enviaron al plano interno. Ahí fui y ahí estaban todas esas pequeñas fuerzas del mal acercándose a mí. Yo tomé una botella en mi mano y las comencé a perseguir, como hacen los bandoleros en la calle. No les importó en lo más mínimo. Entré en mi cuerpo de nuevo y estaba bañada en sudor. El Maestro que estaba parado en mi cuarto me dijo: “Entra de nuevo”. Tuve que entrar a encarármele de nuevo a la negación ¿Saben lo que quiere decir “entrar”? Es como ir al mundo de los sueños. Entré y esta vez me di cuenta de lo que se trataba. Me paré ahí con mi pecho lleno. Ahí estuve y ahí estaban los demonios y tres veces inspiré y expiré amor a través de mi corazón. Y los demonios se echaron a correr y desaparecieron. Volví a salir y el Maestro me dijo: “Así es como se hace.” No pueden ganarle al mal con mal. Tienen que ganarle con amor.
Es por todo esto por lo que tienen que desarrollar una fuerza de voluntad. Deben de aprender a ser pacientes. Deben aprender a liberarse de las preocupaciones. Cuando la preocupación comienza a invadirlos digan: “Me voy a preocupar mañana”. La irritabilidad puede invadirlos también, especialmente cuando están al sol y más ahora que se ha roto la capa de ozono no se sienten al sol sin ponerse alguna crema porque se pueden sentir irritados.
Luego viene el juicio que forman de los demás. Tienen que dejar de juzgar a los demás. Los Maestros me decían: No mires por encima de la barda para ver la maleza en el jardín del vecino. Tú tienes bastante maleza por desyerbar, Hilda.” ¿Para qué estar mirando la maleza del otro para ver cómo son? Si piensan en ellos bajan a su nivel. Si dicen: “Este no sirve para nada, es un chismoso, etc.” entonces ustedes están bajando a ese nivel.
Dejen de preocuparse – esa es la carga que le piden prestado al mañana. Si se están preocupando por algo que va a pasar mañana, déjenme decirles lo que yo he aprendido: Las cosas que más me preocupaban en esta vida nunca sucedieron. Si yo pudiera empezar de nuevo, nunca me preocuparía porque ninguna sucedió. Ninguna. Equipaje de sobra, eso fue todo lo que fueron. Si están viajando por tren, no llevarían su equipaje sobre sus piernas ¿no es así? ¿Dónde lo pondrían? Debajo de su asiento, o a un lado. Dejen que Dios lleve su equipaje, dejen que lo lleve el tren.
Vamos a retroceder un poco en tiempo ¿está bien eso? Sólo para divertirnos. Cierren los ojos ¿Cuáles eran sus ideales cuando tenían siete años de edad? ¿Conseguir hamburguesas? ¿Cuáles eran sus ideales? ¿Tenían algunos?
¿Cuáles eran sus ideales, o en qué creían, cuando tenían doce años de edad. Deben haber creído en algo. Yo creía en la paz ¿En qué creías tú? Vamos vayan hacia atrás. Tienen que haber tenido algunos ideales muy adentro cuando no estaban jugando a los escondidos o saltando la cuerda. Lo justo, una persona dijo que su ideal era lo justo. Alguien más dígalo en voz alta. Unión - ¿Quién dijo eso? ¿A los doce? Eso está bastante bien. Tenemos un santo entre nosotros ¿Alguien más tenía ideales a los doce? Seguridad.
A los quince ¿qué ideales tenías a los quince? Una persona dice que ella quería estar en un lugar donde todos se amaran los unos a los otros. Bueno, aquí lo tienes, al fin lo conseguiste. Tomó algo de tiempo ¿no es así? A ver ¿qué otros ideales tenían a los quince? Terminar la escuela para ser tú mismo ¿No podías ser tú mismo mientras estabas en la escuela? Yo sé que es difícil. Otra persona dice cantar.
Muy bien, vamos a subir un poco más. A los veintidós años de edad ¿cuáles eran sus ideales? Ser libre ¿Ser libre de qué? Alguien más quería la auto-realización a los veintidós. Eso está bien. Ayudar al mundo a mejorar. Tremendo grupo tengo yo aquí. Terminar con la guerra. Muy bien.
Ahora cierren sus ojos ¿Cuándo hiciste una concesión y te sentiste oprimido después? ¿Cuándo hiciste concesiones con los ideales que tenías cuando saliste del vientre de tu madre, cuando descendiste de tu estrella para hacer algo en esta Tierra? Yo conozco un chico de dos años que vio un OVNI. Desde ese momento se pone diariamente su abrigo y su sombrero y sale afuera diciendo que está esperando que regrese a buscarlo el carro-estrella que lo llevará a casa.
¿Cuando comenzaste a hacer concesiones? Regresa a ese momento o es tiempo y bórralo. Toma un borrador y borra esa concesión ¿Sientes que la vida te ha defraudado o ha defraudado tus sueños? Alza tu mano si crees que la vida te ha defraudado a ti o a tus sueños. Entristece a mi corazón ver tantas manos en alto.
Comiencen en este momento, queridos míos, comiencen a vivir en este momento. Me siento con deseos de llorar al ver esas manos en alto que indican que han sido defraudados. No han sido defraudados porque todavía están viviendo y todavía hay tiempo para que sean ustedes mismos. Si no te gusta lo que haces, tu trabajo, o lo que sea que haces, haz que te guste. Conviértelo en algo mejor. Ve como si fueras un emisario de Dios que va a su labor. Siéntete como un emisario cuando vas caminando o en el metro o por donde sea que vayas. Deja una luz por donde vayas pasando. Si te sientas en un asiento no dejes tu mal humor ahí para que alguien más lo recoja, alguien que venga y se siente y se comience a sentir de mal humor ¿Comprenden eso? Deja una luz en el asiento que uses para que cuando tú te pares para bajarte del metro venga otro a sentarse que esté desanimado sienta la luz que tú dejaste y se levante su ánimo. Sé una luz en este mundo.
(Aquí el grupo canta una canción – “Rema tu bote gentilmente por la corriente, con toda la alegría, la vida es sólo un sueño”)
¿Por qué le están dando a la vida más importancia de la que tiene? Despierten de ese sueño. Ése va a ser su tema esta semana. La vida es sueño. Cuando alguien te acose y se te vuelva terrible la vida y el metro venga lleno y no haya asientos y el jefe te quiera correr, dite a ti mismo…”La vida es sueño y los sueños, sueños son”.
Recibí una llamada de una persona que me contaba que acababa de perder el lugar donde vivía, entre otras cosas que le estaban ocurriendo. Yo solamente le dije: “¡Por Dios! ¿Por qué no sales y buscas otro lugar donde vivir? Quizás al doblar de la esquina haya algún lugar esperando que tú llegues. Te sacaron de esa casa para que puedas vivir en otra.” Al día siguiente me llama para decirme que había encontrado un lugar maravilloso y que su vida había cambiado. Y sí había cambiado. Nosotros le tenemos miedo a los cambios, le tenemos miedo a todo. Le tenemos miedo a cambiar de casa, le tenemos miedo a aquello, le tenemos miedo a esto otro. ¿Comprenden eso? Tenemos que permitirle a la vida que se nos abra.
Nunca han sido verdaderamente jóvenes. Han estado llevando una carga desde que nacieron. Desde el momento en que abrieron los ojos en el mundo alguien les dio una nalgada y comenzaron a llorar ¡Qué forma tan horrible de entrar a este mundo! Estás allá arriba y le dices a los Maestros – “Me voy a hacer el bien allá abajo” y lo primero que recibes es una nalgada ¡Que manera de entrar! ¿Qué clase de lugar es éste?
Aprende ahora a ser joven y libre. Aprende a reír, aprende a ser libre. Todo el mundo tiene que aprender a ser joven. No te ahogues en opiniones. Uno puede ahogarse en opiniones. No te ahogues en enfermedades pensando en ellas y teniéndoles miedo, en su lugar di: “Yo soy la perfección en Dios y perfecto seré.” – Fluye, fluye y ríe a través de los éteres. ¡Vuelen conmigo en el cielo, a través de las nubes y libérense! ¡Sean libres! Voceen en los éteres la Gloria de Dios y dancen la danza de la vida a través de su vida.
Cierren sus ojos. Quiero que amen a alguien en ese momento con todo su corazón. Amen a alguien con todo su corazón. Piensen en alguien que aman o que han amado en el pasado. Visualicen ese alguien. Véanle ante ustedes. Suavemente inspiren y expiren amor a través del centro del corazón espiritual. Alguien que ames o has amado, puede ser tu madre o tu padre o tu amante. Puede que sea alguien que luego no te correspondió, pero eso no importa, lo que importa es tu amor. Inspira y expira y envíales una oleada de amor, una oleada de vida.
Ahora díganse a sí mismos “¿Qué es lo que siento cuando siento el amor?” Descríbanselo a ustedes mismos. “Me siento bien, me siento feliz, me siento en paz, me siento bondadoso, siento que puedo perdonar a cualquiera, que puedo sonreírle a todo el mundo.” Continúa diciendo lo que siente uno cuando ama. Experiméntalo por completo – conviértete en amor, deja que este amor fluya por ti y a través de ti. Siéntelo como una sustancia brillante como el oro. Siente que corre por tus piernas, por tus brazos, por tus manos, tu cara, tus ojos y todo tu ser.
Ahora llenen este salón de luz. Llénenlo de luz. Que yo pueda sentirlo. Inspiren y expiren. Ahora ama a alguien más. Amor…amor…Comienzo a sentir su amor, pero no lo suficiente…no lo están haciendo todavía…Anímense….Ahora sí lo estoy sintiendo, lo están haciendo bien. Dejen que la dulzura del amor corra por ustedes…que suavice su apariencia…hasta que luzcan hermosos y los Maestros vean y digan “¡Qué buenos discípulos!” – Se ven todos tan hermosos en este momento.
Ahora, con esa preparación, escuchen con el corazón lleno de amor y una mente lista y preparada para oír estas cortas palabras antes de que cerremos. Son palabras sagradas:
¿No sabes que el Padre que te creó te cuida?
Tu cuerpo, tu salud – acepta esta bendición y sánate en este momento.
Si tu mente está en discordia, deja que Él también tome tu mente. Si tu reputación es baja, deja que Él también tome tu reputación. El Señor toma todo y se encarga de todo.
Es demasiado el tiempo que has sufrido por tu cuenta. Tomaré mi bahka (escudo defensor) y mi espada y te protegeré desde ahora hasta la eternidad.
Nunca más has de estar solo (sola). Todas tus necesidades serán atendidas. Todos tus pensamientos serán oídos –y contestados. Porque tus súplicas nocturnas han sido oídas.
No muevan sus manos, no se muevan ni una pulgada. Acepten, acepten.
No teman, Hijos de la Luz, Hijos de la Luz del Cristo
Dejen que el poder del Espíritu Santo fluya y baje sobre nosotros. Sintamos la bendición del Espíritu Santo. Pido que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros en este momento. O Santo Espíritu, Aliento de Dios, fluye en nuestros corazones en nuestros cuerpos, en nuestras mentes, en cada célula de nosotros y haznos tuyos.
Nos tomamos demasiado tiempo en regresar a ti, Señor. Nuestros corazones han estado pesados. Nuestras almas han llorado. Señor Mío, desciende sobre nosotros, no nos hagas esperar más. Te necesitamos en este mundo, Señor, Nuestro Señor ven pronto. Envía tu fuerza y permítenos sentir tu aliento. Envía la brisa de tu consuelo.
Ya puedo sentir el aire de Su aliento sobre nosotros. Tomen todos de este aire.
Enviemos la luz hacia el mundo. Envíenla a aquellos que deseen que la reciban, a los que necesiten recibirla. Digan sus nombres, estos subirán como una corriente de luz hacia los ángeles que les traerán bendiciones. Digan sus nombres mientras hacemos el OM, Ommmm.
Milagros, Dios, pedimos milagros aquí esta noche. Crean en los milagros.
--------FIN--------
1. Hasidic Tales of the Holocaust, Yaffa Eliach (New York: Avon Books, 1982
2. Ibid., “The Rain” (II)” and “A Passover Melody (III)” pp. 90-93
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