SOBRE LAS SANACIONES
El poder del pensamiento, de la palabra y el de ser positivo para asegurarse de una buena salud no ha sido entendido ni aceptado por la mayoría de las personas, aunque muchos doctores y profesionales en el área de la salud ya estén comenzando a aceptar que los padecimientos de los individuos son frecuentemente creados por el mismo individuo a través de sus pensamientos que dan lugar a hablar de una forma negativa o crear hábitos que son dañinos a su salud. Por lo tanto, así como podemos enfermarnos por medio de nuestras actitudes mentales, podemos usar pensamientos positivos para mantener nuestra salud y bienestar físico.
Hoy día hay doctores que están comenzando a aceptar el hecho de que la meditación y el pensamiento positivo llevan no sólo a la salud de la mente sino también del cuerpo y hay varios que están comenzando a considerar la posibilidad de las curaciones espirituales.
Un científico del oriente, el Dr. Silva, quien se hizo famoso y ha sido invitado a dar conferencias a diferentes grupos en Europa, llevó a cabo un experimento con dos grupos idénticos de bacterias. Después de haberlos separados comenzó a trabajar con uno de los dos grupos repitiéndoles: “Se están disminuyendo. Se están muriendo”. Después de un periodo de tiempo, descubrió que el grupo de bacteria a la que le había enviado esos pensamientos y ese poder se había extinguido casi totalmente, mientras que el otro grupo permanecía vivo.
Una afirmación que yo uso, basada en este experimento ha tenido resultados casi milagrosos. Una joven de veinticinco años vino a verme después de haber estado con el cirujano que la estaba tratando y me dijo que estaba programada para una operación con el propósito de remover un tumor del tamaño de una toronja en su ovario. Yo le sugerí que usara un ejercicio de respiración y una afirmación que escribo más abajo. En cuestión de unos días el tumor se había reducido al tamaño de una canica y una semana después había desaparecido por completo. Se canceló la operación que había sido programada y el tumor nunca volvió a surgir.
La afirmación puede ser usada de esta manera.
Pon tu mano derecha sobre el área que va a ser tratada y con convicción repite tres veces: “Toda materia ajena, salga de mi cuerpo. Te estás disminuyendo, disminuyendo, disminuyendo hasta convertirte en nada y desaparecer para siempre.”
Esto debe hacerse con fe y tenacidad tan frecuentemente como sea posible.
En mis años de haber estado conduciendo un grupo de meditación, he tenido mucho éxito cuando sintonizo a los pacientes con su propia reserva de poder en ellos mismos. A través de los años cientos de personas han sido curadas mediante un muy simple ejercicio de respiración que me fue dado por un monje budista y que alinea a la persona con su verdadero Ser.
Antes de ir a la India, yo estaba buscando fervorosamente a Dios. De una forma u otra llegué a Santa Bárbara, California donde conocí a Bhikku Sihvansa, un moje budista, quien más tarde se fue para Ceilán o lo que ahora llaman Sri Lanka. Él era un hombre mayor y sabio, tenía una larga barba blanca – mi concepto, en aquel tiempo, de cómo debería ser una persona espiritual. Debido a que yo era tan joven me impresionó mucho que usara zapatos tenis; de inmediato salí y me compré un par, los usaba para ir a todas partes, imitándole a él. Yo salía saltando con esos zapatos puestos sintiéndome ligera como si flotara por el aire y absolutamente divina. ¡Eso demuestra lo que uno puede crear con su mente!
El monje budista me enseñó el siguiente ejercicio y sugiero que busquen a alguien que se los vaya leyendo lentamente mientras ustedes prueban cómo se hace. Deben hacerlo así hasta que lo hayan memorizado y puedan acordarse de cada detalle por ustedes mismos sin ninguna ayuda.
Acuéstate en el suelo o en una cama con la cabeza hacia el este. Siéntete como si estuvieras acostado sobre una nube, hundiéndote en su suavidad mientras ésta te cubre. Ahora relaja tu pie izquierdo… relaja tu pie derecho. Relaja tu pantorrilla izquierda…tu pantorrilla derecha. Relaja el muslo de tu pierna izquierda…y el de la derecha. Deja que tus caderas se relajen sobre lo que estés acostado… entonces relaja tus hombros. Relaja las mandíbulas… la cabeza. Inspira y expira rítmicamente… inspira… expira y haz esto por uno o dos minutos. Ahora inspira más profundamente visualizando que inspiras ‘prana’, energía vital, en forma de una sustancia blanca luminosa y mientras expiras imagina que estás enviando esa sustancia, esa energía por el interior de tu pierna izquierda hasta la punta de los dedos de los pies. Inspira de nuevo y expira visualizando esa energía corriendo por tu pierna izquierda y hazlo una tercera vez y siente que cada nervio se ha llenado de paz. Repite todo el ejercicio, pero esta vez expirando tres veces a lo largo de tu pierna derecha. Después inspira profunda pero suavemente enviando la expiración con esa sustancia blanca por el brazo izquierdo hasta la punta de tus dedos. Al igual que con las piernas hazlo tres veces y repítelo en el brazo derecho. Ahora muy suavemente inspira y envía la energía una vez a cada lado de tu cabeza y luego al frente cubriendo toda tu cara enviando esa energía a tus ojos y a tus dientes. Esto se debe hacer muy suavemente y solamente una vez para cada parte. Inspira ahora larga y profundamente llenando tus pulmones por completo y al expirar envía con tu imaginación esa energía a todas las partes de tu cuerpo a la misma vez visualizando que esta luz blanca llena todas tus células. Inspira de nuevo y dirige la expiración a cualquier parte de tu cuerpo que necesite una curación. Continúa acostado tranquilamente inspirando y expirando normalmente y comprende que estás en la “imagen y semejanza de Dios” – perfecto. Visualízate como perfecto. Siente que Dios es el sol y tú eres un rayo del mismo sol – el rayo es tan perfecto como el sol. Entiende que estás hecho de millones de átomos de luz, y como dicen los científicos: “no materia”, por lo tanto no puedes estar enfermo. Mantén esta imagen tenazmente. Renuévate mediante la renovación de la mente. Mantén tu verdadera imagen – perfección.
Termina este ejercicio con una inspiración y una expiración profunda y rápida. Inspira poder y fuerza y expira. Haz empuña tus manos y dedos de los pies y siente la vida fluir por ti mientras abres tus ojos – y eres un nuevo tú.
Si te sientes demasiado ligero o algo ido, pon tu mano derecha sobre el centro de tu pecho y trae la conciencia al cuerpo inspirando y expirando como si lo estuvieses haciendo a través del plexo solar hasta que te sientas integrado a tu cuerpo físico.
Dios es el sanador, el gran médico. Alinéate con tu propia perfección en tu interior. Tú eres tu propio sanador. Espero que estos ejercicios que te he dado te sirvan. Depende de ti.
Salud y bendiciones.
Hilda.
ESTE EJERCICIO PARA CURACIÓN ESTÁ GRABADO POR LIONEL EN UN CASSETTE. SI USTED ESTÁ EN MÉXICO Y DESEA OBTENERLO
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ORIGINAL EN INGLÉS PUBLICADO POR:
GOLDEN QUEST
P.O.BOX 190
LAKE HILL, NEW YORK 12448-0190
ISBN O-927383-01-2
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