LECCIONES DE LIONEL
Lección del Martes 17 de Feb 2009
Las lecciones de la vida continúan llegándonos, no hay fin para todo lo que tenemos que aprender y lo que tenemos que reflexionar para alcanzar un entendimiento total, o sea: nuestra iluminación. Los aspirantes tenemos que comprender que nos queda mucho por aprender. No se hagan la idea de que ya saben lo suficiente o de que por el hecho de que son honestos, buenos, trabajadores y sinceros con bastará para llegar a un conocimiento. Hay seres con esas virtudes por toda a Tierra, pero eso no es lo suficiente. La autoestima no es todo lo que se requiere para llegar al conocimiento. Es sólo uno de los primeros pasos. Después de que hemos logrado la autoestima tenemos que entregarla y ser humildes. Ser humilde no es ser débil. Nos da miedo ser humildes porque pensamos que el mundo se va a aprovechar de nosotros. Pero esa es la humildad vista desde un punto muy diferente a lo que en realidad es. Nuestro desarrollo espiritual no crece con los logros terrenales, aun cuando nos creamos que los estamos llevando a cabo como un servicio. Eso también puede ser un error, como un arma de dos filos. De la autoestima al orgullo no hay más que un paso. Si careces de autoestima piensa en el Dios que existe en ti. Pero date cuenta que también existe en cada ser humano y que la única diferencia entre unos y otros es el grado de conocimiento que los va acercando a la auto-realización. No te enorgullezcas con tus logros, ofrécelos, de lo contrario vas a tener que estar contando con ellos por el resto de su existencia. Líbrate de tus logros desde ahora. Ofrécelos desde ahora. Cada logro es una gracia y una bendición divina, no un producto propio. Sin el Dios en nosotros no somos nada, ni siquiera existimos, entonces ¿por qué buscar acciones para desarrollar nuestro autoestima? La autoestima no es más que uno de los primeros niveles del despertar del ser humano, que puede estimarse a sí mismo sin haber alcanzado logros. Los placeres nos ayudan a mantener nuestro interés en la vida y el alcanzar metas es uno de los tantos placeres que la vida nos ofrece. Pero analicen bien el proceso, observen la vida de los iluminados. Los que usaron todos sus dones y toda su fuerza para lo que llaman “servir a Dios”, que es en sí un término inspirador pero que al mismo tiempo nos asusta porque no sabemos lo que quiere decir. Pero Dios nos sabe cuidar, Él sabe para qué estamos listos y qué cual es nuestro alcance. Tú puedes tener un hijo bueno e inteligente, pero no vas a esperar de él lo que él no pueda alcanzar. La relación con el Padre Celestial es diferente. Él sabe hasta donde podemos llegar y no espera de nosotros más que eso. Para que frustrarnos con metas que no vamos a alcanzar. Por eso lo que más se requiere en el desarrollo interno es el saber como caminar el sendero. No podemos debilitarnos porque sentimos que no logramos algo, ni debemos esperar de nosotros lo que no nos es posible alcanzar. Dejen a un lado esa filosofía de volantes de “tú sí puedes” cuando están tratando de alcanzar logros que a lo mejor no les tocan o que no tienen nada que ver con la realidad de su presente vida. Enorgullecerse de sí mismo puede ser aún más peligroso que la falta de confianza en sí mismo, pues lo puede llevar a uno a tratar de hacer cosas que no le corresponden. Lo primero que tenemos que desarrollar es una profunda fe en Dios, no sólo en nosotros mismos porque ésa fe puede ser muy voluble y cada vez que cometemos un error se debilita. La sencillez y la humildad no son una falta de fuerza, ni debilitan la fuerza en nosotros. Lo peligroso es el orgullo, porque cuando uno vive en orgullo y algo sucede que le destruye ese orgullo puede caer en un gran peligro. Hablemos entonces del delicado balance que no conocemos. Ningún ser de conocimiento, por muy mal que le haya ido en la Tierra se ha suicidado. Sin embargo, los suicidios son numerosos en la historia y especialmente en seres de alto poder. Piensen para que vean lo que esto quiere decir. ¿Qué es lo que se nos está enseñando? ¿Qué es lo que estamos aprendiendo? Estamos aprendiendo a tomar la vía más segura, la vía por la cual nos vamos alejando de inútiles conceptos terrenales que no nos llevan a ninguna parte y acercándonos a la realidad de nuestra existencia. Observen la vida, hay personas a las que les va muy bien en una hazaña o un proyecto y nosotros queremos hacer lo mismo, pero a nosotros no nos funciona. Pero nosotros no somos ellos. Nosotros tenemos que caminar el sendero de lo que a nosotros nos toca. Y no vamos a encontrar ese sendero más que a través de nosotros mismos. No podemos dejarnos llevar por lo que está haciendo uno o está haciendo otro, simplemente porque nos agrade o nos llame la atención. Tendríamos que ver primero si verdaderamente sería para nosotros. Si uno siente que tiene un entendimiento, no un deseo, sino un entendimiento que lo puede guiar a hacer ciertas cosas uno debe seguirlo, pero éste debe ser una vocación real y verdadera no simplemente un capricho o un gusto por el hecho de que otro lo está haciendo. Uno tiene que sintonizarse con sí mismo. El hecho de que nos guste hacer algo, no quiere decir que es lo que nos toca. Y porque a otro le fue bien no necesariamente quiere decir que nos va a ir igual de bien a nosotros. Vean quiénes son y cómo piensan y cuáles son sus conceptos antes de tratar de imitar o seguir los pasos de otro o asociarse con personas que puede que no sientan lo que ustedes sienten o vean la vida de la forma que ustedes la ven. Algunos dicen, “negocios son negocios”, como si estos no tuvieran nada que ver con Dios, o con el estado de consciencia del individuo. Eso no lo pueden decir los seres que están despertando al conocimiento, porque de sobra saben que no existe nada que no tenga que ver con Dios.
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