En la lección del pasado martes estudiamos las palabras de Sri Ramakrishna diciendo que “todo se trata de la mente. El cautiverio y la liberación pertenecen  sólo a la mente.  La mente toma el color que del que uno la tiña. Como la ropa blanca que viene de la lavandería si la sumerges en  tinte rojo se hace roja, si la sumerges en tinte azul o verde, se hace azul o verde.”

Esto es algo que todos los aspirantes debemos de comprender, nuestra sociedad está formada de tintes y nosotros la vemos del color que nos ponen por delante. Si nacemos en una cultura en  la que el negro es discriminado, nosotros vamos a ser discriminadores de negros. Eso se aplica a todas las reglas de nuestra sociedad, las cuales nosotros no sólo seguimos, sino que las tomamos como correctas y reales, ya que si no lo hacemos así entonces nosotros seremos los discriminados y no sólo por nuestra sociedad sino por nuestros propios padres, hermanos y demás familiares. Es por eso que como aspirantes debemos de  desarrollar un conocimiento interior que vaya más allá, no sólo de los conceptos de nuestra sociedad sino también de los de nuestra familia y amigos cercanos. Pero esto no debe  hacerse sólo por rebeldía o por cuestión de vengarnos de ellos o de declarar nuestra independencia. Sino que debe hacerse como resultado de nuestra reflexión inalterada por caprichos o conceptos que sólo tienen  como base el poder hacer lo que nos parezca cuando nos parezca sin haber pasado por ningún tipo de estudio interior y sin tener ninguna base real para nuestros conceptos que muy bien pueden ser sólo caprichos.

Todos tenemos que examinar la forma en la cual fuimos criados y valorar la realidad de las reglas para ir encontrando cuales vienen  de prejuicios o temor social. Temor social quiere decir las costumbres o hábitos que uno acepta para no ser criticado o descartado por la sociedad en que vive.

Nosotros no lo sabemos todo y el conocimiento nos va llegando a través de las experiencias que vivimos lo que es verdaderamente la forma más segura, pero al mismo tiempo la más lenta. La prueba está en que en ocasiones tenemos que pasar por lo mismo más de una vez antes de descubrir y luego aceptar lo que estamos aprendiendo de la experiencia.

Después de muchas etapas de nuestra existencia comenzamos, a través de nuestra propia consciencia, a descubrir algo de lo cual no nos habíamos percatado antes y es que todo el conocimiento está en nosotros mismos, lo único que tenemos que aprender es cómo llegar a él y para eso existen reglas. El problema que le sigue a esto es el que podamos aceptar las reglas del aprendizaje. Una de las cuales y la más difícil, es que tenemos que empezar por saber que no sabemos. Nuestras emociones y nuestros miedos nos hacen sentir una inseguridad que nos obliga a tener que superarla en todo momento y para lograr eso podemos llegar a crear valores en nosotros que no son reales, además de ciertas actitudes que bordan en orgullo o incluso pedantería. Todo esto procede de nuestra falta de conocimiento el cual no podemos aceptar pero que no es hasta que lo aceptemos que podemos alcanzar la sabiduría.

El hombre cree que su mente se lo dice y se lo explica todo y que lo que la mente no acepte no puede ser realidad. Nada puede estar más lejos de la verdad, ya que la mente tiene muchos limitantes, entre ellos las emociones, que son un fuerte limitante, ya que no le permiten aceptar mucho de lo que es real por el hecho de que va en contra ciertos conceptos ya aceptados.  Esa es la razón por la que muchos seres humanos se llevan sólo por la ciencia porque es algo que ya está probado y por lo tanto es fácil de comprender y no hay nada que dudar. Él se llama a sí mismo escéptico porque sólo puede aceptar lo que su mente entienda y acepte. En sí el escepticismo es una doctrina que consiste en afirmar que la verdad no existe o que el hombre es incapaz de conocerla, caso de que exista ¿Pero qué pasa cuando un ser humano siente el convencimiento no sólo de que sí existe algo más de lo que alcanzamos a ver o comprender pero de que también es capaz de llegar a identificarse con ello y mediante ello descubrirse a sí mismo? Eso entonces tendría que ser considerado como verdad y es por eso que los no escépticos opinan que la verdad sí existe y que todo ser humano tiene la habilidad de llegar a ella. Cuando el ser humano llega a ese convencimiento comienza una búsqueda o el camino por el cual llegar al conocimiento que va más allá de lo que se puede comprobar por medio de la ciencia.. Dentro se esa búsqueda existen referencia de los que se cree que sí llegaron a esa verdad como serían Jesús y el Buda. El estudio de estos dos personajes implica que uno de ellos nació ya iluminado y representa la sabiduría en la tierra y el otro se iluminó mediante un proceso y representa la evolución del ser humano que puede convertirse en uno con Dios al mismo tiempo que continúa siendo un individuo.

Entre los primeros pasos que da el ser humano, una vez que ha llegado al convencimiento de que sí existe una verdad más allá del conocimiento intelectual o científico, está el de buscar la compañía de los que se encuentran en el mismo proceso y la dirección de los que consideran más avanzados en la búsqueda. Pero hay que considerar que él sólo va a alcanzar a llegar al límite que él mismo se imponga o determine. Más curioso aún es que el mismo buscador busca las limitaciones que le impidan ir más allá de lo que él ha puesto como límite para sí mismo. Que es cómo si se dijera así mismo: “Yo para creer más o aplicarme más tengo que ver más.” Que es como decir no entro en el océano hasta que éste no llegue a dónde estoy yo.

Esto implica que nuestra mente pone una interminable e indescriptible cantidad de motivos (o más bien excusas) para no separarse del mundo en que vive  lo suficientemente como para alcanzar a ver más allá del horizonte. Hay dos trucos que el hombre se hace a sí mismo, uno es el de o encontrar un guía que es prácticamente Dios en  la tierra y si no lo encuentra lo inventa o se lo atribuye a alguien de quien él depende totalmente de una forma egoísta y fantasiosa creando en él poderes sobrehumanos y el otro es todo lo opuesto como el que ningún guía es lo suficientemente iluminado para enseñarlo a él y por lo tanto el mide lo que acepta de ese guía, basándose en que su guía es demasiado humano para poderle hacer el debido caso o sea es como un niño que está en el tercer grado de primaria y sólo creería las enseñanzas de un catedrático, las cuales no comprendería.

 

Muchos de los que estuvimos con Hilda nos dimos cuenta de que no podíamos captar toda esa enseñanza que ella estaba poniendo ante nosotros, mientras que muchos estudiantes de lo mismo no le hacían caso porque sentían que Hilda no era el gurú que ellos necesitaban y se iban hasta la India a encontrar a su gurú. Yo vi a muchos de ellos finalmente salirse del estudio por completo. De qué te vale sentarte a los pies de un gran sabio si no has hecho tu tarea de preparación. En ningún  momento sentí que me  había graduado de Hilda y que ahora tenía que buscar a alguien de más conocimiento precisamente porque no sentía que estaba preparado y que todavía me faltaba por aprender mucho de lo que ella ya sabía. Además estaba convencido de que vivía en la escuela de la vida y que estaba en el grado donde tenía que estar y que cuando me tocara aprender de una forma diferente esa forma llegaría. Mientras tanto tenía que ir haciendo mi tarea y mi preparación tal como se me estaba presentando aunque no estuviera a los pies de un gran sabio. Pero si no llego a hacer ése término de preparación, poniendo atención a las instrucciones que se me estaban dando en lugar de estar escogiendo lo que yo creía que me tenía que aplicar y descartando todo lo demás, no estaría aprendiendo lo que estoy aprendiendo ahora que ella n está en la tierra simplemente por el hecho de que habría seguido conectado con ella ni con los Maestros a quienes ella me acercó.

 


Principio

 

Últimas
actualizaciones   

 

 

Introducción

 

Enseñanzas de Hilda

 

Acerca de Hilda  

Acerca de Lionel

 

Enseñanzas de Lionel   Artículos de otras fuentes  

Correo