LO QUE NO VEMOS EN NOSOTROS
Muchas veces, cuando hay algo en nosotros que nos molesta, sentimos la incomodidad, pero no sabemos de qué se trata. Esto pasa, por supuesto, más frecuentemente en los más jóvenes, pero nunca se nos ha dicho que lo debemos de descubrir antes de que se convierta en algo mayor.
Aún personas que han trabajado y hecho prácticas espirituales por años, carecen de la sensibilidad suficiente para detectar problemas internos que le hacen la vida incómoda y prefieren ignorarlos o sobrellevarlos a pasar por el proceso del cambio. Este proceso se hace más y más difícil según van pasando los años y es triste ver como las personas que han aprendido muchas cosas y entienden mucho dejan algo que a veces es lo más obvio y notable en ellos y tratan de darle a los demás el mismo elixir con que se engañan a ellos mismos, y las mismas respuestas que se dan a sí mismos. Es asombroso pensar que ellos se contenten con eso y esperan que los demás se contenten también.
Lo más difícil es tener paciencia y aprender a tolerar la insensatez con la que nos engañamos a nosotros mismos y a eso nos referimos al decir que estamos perdidos en el estancamiento de nuestros más bajos conceptos. Ahora, lo más bajos conceptos no necesariamente quieren decir la lujuria, la envidia, la holgazanería, la gula y todas esas cosas feas que son tan fáciles de detectar, sino ese laberinto de sentimientos más sutiles que hemos ido acumulando para poder sobrellevar las situaciones diarias y esos conceptos propios que hemos formado y con los cuales vivimos.
Cada uno de estos conceptos está fomentado por algo y ese algo es precisamente lo que tenemos que encontrar.
Si colgamos una planta para tapar una grieta en la pared, la grieta va a seguir creciendo y se va a salir por los lados de la planta, pero como la planta crece también, puede que todavía la disimule, por lo tanto podemos olvidarnos de esa grieta por un largo tiempo, aunque es muy posible que personas que lleguen a nuestra casa la hayan estado notando, hasta el punto que somos nosotros los únicos que no la vemos.