MENSAJE DEL 1° DE ENERO DE 1998

 

Ustedes que van por la vía recta y derecha, encuentran, caminando a través de las tinieblas, un mundo perturbado, un mundo violento y un mundo de distracciones que está haciendo el camino aún más difícil.

Les vamos a dar una lista de 16 pasos, que en este tiempo en la vida de ustedes son esenciales. Ustedes son seres que aman a Dios. Las distracciones, la falta de entendimiento y las debilidades mentales no los dejan gozar en su plenitud del amor que le tienen a Dios. Este año, que aunque en tiempos eternos no significa nada, que aunque para inmortales como somos todos no significa nada, es una marca en el tiempo que llevamos en la tierra y el tiempo que se nos ha dado, por petición nuestra, para poder avanzar en el camino, para que nuestro espíritu aprenda a superar todo aquello que lo separa de su perfección ¿por qué es así? algún día lo entenderemos. Ahora sólo tenemos que entender cada paso, no el por qué ni el final. Entendamos lo que tenemos que hacer hoy, lo que tenemos que hacer ahora para darle a nuestro espíritu lo que éste busca. Nuestras almas ansían llegar a la Unión, mientras que nuestra mente nos atormenta haciendo el camino más dificultoso y más largo.

Estamos aquí para liberarnos de todo lo que es la ilusión que nos presentan los sentidos. Estamos aquí para comprender que las necesidades que creemos tener no son necesidades reales. Estamos aquí para comprender que sólo librándonos de las falsedades de lo que creemos que es nuestro entendimiento, podemos llegar a la verdad del conocimiento propio.

Hay dieciséis pasos, que no son los únicos, pero son los dieciséis pasos que se necesitan en este momento. Escúchenlos, entiéndanlos, no son prohibiciones, ni son mandamientos, los mandamientos ya les fueron dados. Son ayuda en el camino para hacérselo más ligero, para que estén más libres

 

1. SEPARSE DE LOS PROBLEMIAS AJENOS

Cada uno tiene que entender qué significa eso para sí mismo, hay más de una docena de personas aquí, cada uno tiene su karma propio. Cada uno, consciente o inconscientemente lo está trabajando. Cada uno reacciona de un modo diferente a lo que tiene que hacer y el otro no lo entiende. Cada uno con sus dificultades y sus reacciones se encuentra con problemas. Esos problemas le crean un patrón de comportamiento, es por eso que el patrón de comportamiento en los otros, no tiene que ver uno. Cada uno  se va a encontrar en su vida con problemas de muchas formas diferentes y de muchas clases diferentes. Cada ser humano va a tener que manejar ese problema de acuerdo con su karma propio. Eso no tiene nada que ver con uno. Libérense, sepárense en este momento de los problemas ajenos.

 

2.- AYUDAR A TODOS EN LO QUE SE PUEDA

Siempre tienen que estar dispuestos a ayudar, eso no quiere decir involucrarse en el problema ajeno, sino ayudar. Si una persona se está cayendo por un puente, uno no tiene que caerse con ella, pero sí puede extender su mano y aguantarla para que no se caiga, aunque el brazo le duela. Tal vez, uno no tenga la fuerza física para alzarla, pero quizás con el apoyo de su brazo esa persona se pueda alzar por sí misma, y ¿qué es uno?: un brazo aguantando, nada más.

 

3.- NO IMPONER SUS IDEAS A OTROS

Esto es muy fácil de entender. Tus ideas cambian, tus ideas muchas veces no están basadas en la verdad; lo que crees hoy, mañana no lo crees; lo que sientes hoy, mañana no lo sientes; hoy ves las cosas de una forma, mañana las ves de una forma diferente. Entonces, ¿por qué vas a imponer tus ideas, si tus ideas cambian?  ¡Imagínate que trates de imponer tu concepto, tu idea a alguien, y luchas para que esa persona se comporte de acuerdo con tu concepto. Luego dejas de ver a esa persona, y un tiempo después, tu concepto ha cambiado. Entonces te encuentras con esa persona y esa persona está actuando de acuerdo con el concepto que tú le dejaste. ¿Ahora qué vas a hacer? Decirle: “Mira, me equivoqué, no era así”. Es una responsabilidad muy grande imponer un concepto propio a otro. Tenemos que cuidarnos y aprender a respetar, porque en nuestras vidas, a veces hay que ver las cosas de una forma, para luego poder verlas de otra.

 

4.- DAR LIBERTAD DE ACCIÓN A LOS DEMÁS

Reza por las personas. Pídele a Dios que las guíe, pero dales su libertad de acción. Porque aún cuando se nos da la gracia momentánea de ver que lo que una persona va a hacer no le conviene, a veces tenemos que callar y observar, porque no podemos interferir con su acción, quizás es mediante esa acción que no le conviene, que la persona va a llegar a un entendimiento, y si tiene que sufrir algo para poderlo comprender, lo tiene que sufrir. No tenemos el suficiente entendimiento para juzgar nuestras acciones ¿cómo vamos a juzgar las acciones de los demás? Un consejo, un apoyo en un tiempo de desesperación, de confusión, puede ser valioso, pero siempre tenemos que pensar en qué está basado nuestro consejo, en qué está basado nuestro apoyo ¿en nuestros conceptos propios? ¿Son nuestros conceptos propios los reales para todos los demás?

 

5.- IGNORAR A LOS QUE NOS ACOSAN

Muchas veces nuestra vibración positiva causa vibraciones negativas en personas que se sienten amenazados por ésta. Esas personas se vuelven en contra de uno, lo difaman, lo acosan, ¿debemos nosotros entrar con ellos a esa negación y hacer una guerra que creemos que es del Bien contra el Mal? Si entramos en soberbia, le estamos dando más energía al mismo mal que ellos están creando. No alimentemos la negación con nuestra propia soberbia.

 

6-. PRACTICAR LA DEFENSA PASIVA

Esto requiere toda una educación. Hay muchas maneras de defenderse, practica la pasiva, la defensa pasiva gana. La defensa violenta nunca gana porque si gana en un nivel pierde en el otro y genera más violencia. Si alguien te da con un palo y tú le das con un martillo, quedaron igual, uno con más dolor y otro con menos dolor, pero fue idéntica la acción, esa no es una defensa. Hay muchas formas de defenderse mediante acciones que contrarresten la injusticia, pero la violencia nunca es el remedio, porque simplemente intensifica aquello de lo que te estás defendiendo.

 

7.- NO IMPONER TUS DESEOS A LOS DEMAS

Hablamos de no imponer nuestras ideas a otros, pero en este caso se trata de no imponer nuestros deseos a los otros. Ésa es una avaricia demasiado grande, tú quieres hacer una cosa y yo quiero que tú hagas otra, y busco todos los medios para que tú hagas lo que yo quiero que tú hagas. Eso es algo que no debemos hacer, ese es un placer que tenemos que sacrificar, anular. Nuestros deseos están basados en nuestras necesidades propias y nuestros caprichos. No es más que una debilidad el desear que otro haga lo que nosotros estamos queriendo que haga Es una violación y es una violación mayor, es tanto una violación como cualquier otra violación. Si dos personas o tres personas o cuatro personas, van a hacer algo, debe ser en un acuerdo, no porque el que más grite o el que más empuje o el que más fuerza tenga logre que los otros lo hagan. Tiene que ser por acuerdo entre todos, y que todos estén a gusto, y que todos estén conscientes.

 

8.- TRABAJAR LO PROPIO COMO PROPIO

Tus limitaciones y lo que te molesta de los demás son propios. No son de los demás. Lo que te moleste de los demás es algo que tú tienes que trabajar, ya sea alejándote de ellos, ignorándolos o de cualquier otra forma en que tú puedas manejarlo. Pero ir con una persona y decirle: “esto no me gusta de ti, cámbialo” Es un acto de egoísmo y no es la forma correcta.

Si dos o más personas tienen la voluntad de hablar de estas cosas entre sí con el propósito de crear más armonía entre ellos, puede ser muy saludable, pero cuando una persona le dice a otra: “esto no me gusta de ti, cámbialo” y la otra se da cuenta que es algo que reconoce pero que no puede cambiar, todo lo que hace es tratar de encubrirlo. Eso no resuelve la situación en algunos casos la empeora.

Cuando un ser ha transcendido ciertas cosas en él, prefiere ignorar las faltas de los otros alejándose emocionalmente de ellos. Pero tenemos la tendencia a ser dictadores y querer cambiar a los demás como cambiamos la posición de las almohadas para estar más cómodos. El trabajo espiritual es con uno mismo. Eso es lo que están diciendo estos dieciséis pasos.

 

9.- IGNORAR EL JUICIO DE LOS OTROS

Los seres humanos son muy volubles, hoy nos juzgan de una forma, mañana nos ven de otra. No podemos basar nuestra estabilidad en el juicio de los demás. Tenemos que reconocer nuestras limitaciones como nuestras y notar  las reacciones que causamos con lo que estamos haciendo y saber si lo que estamos haciendo, está causando problemas a otros. Pero no podemos hacer caso a la forma en que otros nos juzguen, porque, si somos débiles, vamos a creer cosas que no son reales en nosotros y nos las vamos a cuestionar. El humano es voluble, juzga de una forma un día y luego juzga de otra, ¿cómo vamos a prestarle atención, o ir cambiando según nos  juzguen?

 

10.- SEPARARSE DE LA DIFAMACIÓN

Es muy fácil difamar, es el arma más cercana, que tiene el ser humano, el verbo lo tiene a su disposición, tenemos que comprender eso. En realidad, si alguien nos difama, nuestras acciones, eventualmente, van a desmentir a esa persona. No podemos angustiarnos por la difamación, porque tenemos que comprender, que es el arma más rápida, más disponible, y más segura que tiene el ser humano.

 

11.- TRABAJAR TODO INTERNAMENTE

Se puede usar el mismo ejemplo de la difamación. Mírate internamente ¿cómo te sientes cuando alguien habla mal de ti? ¿Soberbio, indignado, molesto? –“¡Yo que soy tan bueno! ¿Por qué dicen que soy tan malo?” – “¡Yo que soy tan honesto! - ¿Por qué dicen que soy deshonesto?” Lo importante es saber cómo te sientes tú acerca de  ti mismo.  Más importante que saber por qué el otro te ha difamado, es saber cómo te sientes tú con tal difamación. Es importante conocer interiormente cómo has reaccionado, cuánto te importa lo que piensen los demás y cuánto valor le das internamente Si alguien te molesta observa por qué. Eso se hace internamente y antes de tomar alguna acción.

 

12.- HACER EL BIEN CADA VEZ QUE SE PRESENTE LA OPORTUNIDAD

No lo evalúes, no lo pienses, simplemente debe fluir de ti, como algo automático: “¡Aquí hay una oportunidad de hacer el bien, ahí va! No “ahora no tengo tiempo”, ni “luego lo pienso”, ni nada por el estilo. Cada vez que te llegue una oportunidad, por muy mínima que ésta sea, de hacer el bien, hazlo, sin pensarlo, sin evaluarlo.  El bien es una acción divina y, si viene a través de ti, lo tienes que hacer como por gravedad, como cuando cae una hoja que va a dar al suelo.

 

13.- NO MIRAR A QUIÉN SE AYUDA

Ni siquiera ver si se lo merece, si no se lo merece, si es un desgraciado, si trata mal a su mujer, si habló mal de ti; nada de eso se toma en cuenta. No mirar a quién se ayuda ni darse cuenta de quién es. Hacer el bien cada vez que se presente la oportunidad sin mirar a quien se ayuda. Eso no tiene nada que ver con uno.

 

14.- NO ESPERAR RECOMPENSA, NI TAN SIQUIERA DE DIOS

“Yo he hecho tanto bien, ¿por qué Dios no me ha premiado?”, decimos. – “yo hice esto por él ¿por qué no me dio las gracias? - yo estoy haciendo esto por fulano ¿por qué no se da cuenta?” ¿Qué necesitas? Necesitas hacer el bien, no necesitas que los demás se den cuenta. Nosotros necesitamos hacer el bien, porque es como fluye Dios a través de nosotros, es lo natural, lo natural es hacer el bien, eso es la armonía, como lo natural de una rosa es abrir, florecer. Eso es lo natural, qué pasaría si la rosa dijera como nosotros: “¿para qué voy a florecer si nadie me va a hacer caso, nadie se va a dar ni cuenta que yo florecí?” Eso sería ir en contra de lo natural. Hacer el bien es natural. Ir caminando, recogiendo, dando de comer, ayudando, eso es lo natural, eso es como somos, no es ningún esfuerzo.

 

15.- OLVIDAR TODO LO QUE SE TERMINE

La vida es una serie de principios y finales, para eso estamos aquí. Una cosa termina y otra empieza, es una serie de episodios. La vida no es una eternidad, nada en la vida es permanente. Comes un dulce, lo disfrutas, se acabó y se digirió. Te tomas una medicina, es amarga, pasas un mal rato, te queda el sabor un rato en la boca, y ya, y se acabó; y luego comes otro dulce, y ese sabor también desaparece. Tienes que terminar, no puedes comer un dulce pensando en el sabor amargo de la última medicina que te tomaste ¡lo que termina en tu vida, termina! porque, si no permites que termine, nunca tienes un nuevo empezar. Si nunca terminaste con el sabor amargo de la medicina, nunca vas a poder disfrutar otro dulce. La vida es una serie de etapas, episodios, viñetas.  Comparada con la eternidad, lo que pasa en la vida, no es más que como sucede en algunos de esos sueños en los que uno se cree que está pasando algo y de pronto no está ahí. Fue cuestión de segundos. Tienes que saber terminar con todo lo que termina. Si no sabes terminar, te quedas trabado y eventualmente tu maquinaria deja de funcionar.

 

16.- MANTENERSE SIEMPRE FRESCO, CL4RO, LIMPIO PARA LAS NUEVAS EXPERIENCIAS

Cada experiencia nueva es un nuevo renacer. No puedes vivir con la carga de todo lo que pasó anteriormente. La prueba es que cuando naces en este mundo, no traes memoria; no sabías qué idioma estuviste hablando la última vez que estuviste aquí; tienes que aprender a comer de nuevo; tienes que aprender a caminar de nuevo; tienes que a aprender a hablar de nuevo. Nuestra nueva experiencia no tiene nada que ver con la anterior. Todo es un principio, tienes que estar fresco, tiene que estar limpia tu mente. Vas a dar un viaje y estás pensando que, a lo mejor; en el hotel no tienen la reservación porque la última vez que viajaste no tenían la reservación cuando llegaste al hotel. Ya no estás disfrutando ese viaje, todavía estás pasando el mal rato del otro, y así puede seuceder con todo. Vas a subirte a algo y dices: “a lo mejor me caigo, porque la vez pasada me caí”. Así, las experiencias no son nuevas, no aprendes de cada experiencia, estás llevando toda una carga. Nos estamos basando en que la vida es repetitiva. La vida no es repetitiva, nosotros somos repetitivos. Cada experiencia trae algo nuevo, trae algo fresco y muchas veces nosotros no lo reconocemos.

 

He aquí dieciséis cosas de qué liberarse, y se les dice eso porque ahora en lo que se les está presentando en su vida; lo que se está enseñando, en lo que están haciendo, requiere que tomen estos dieciséis pasos, por que si no, no están viviendo de acuerdo con lo que están aprendiendo.

Las personas toman unas vacaciones como las han tomado ustedes y buscan qué van a hacer, en qué se van a distraer, a dónde van a ir, a dónde se van a trepar, a dónde van a saltar, a dónde van a bailar o a dónde van a comer, y ustedes toman ese espacio y vienen aquí, no buscando una diversión, un entretenimiento, un espectáculo, un paisaje siquiera, sino un espacio. Venir aquí, no es más que ir a uno mismo. Vienes porque sabes que aquí estás contigo, vienes, porque aquí te conoces. Haces un viaje, ves un espectáculo, y luego dices: “Bueno, ahora a trabajar y ya”. ¿Por qué escoges lo que escoges? Porque conoces una verdad. Si no conocieras esa verdad, si no te interesara esa verdad, no estarías aquí. Vienes y lo que disfrutas es a ti mismo. Vienes a estar contigo y yo sé que muchas veces dices: “Ojalá yo pudiera siempre estar así, como estoy en este momento, y en el fondo de ti, sabes que sí puedes. Estos dieciséis pasos son dieciséis de los muchos posibles. Obsérvenlos, uno por uno, siéntanlos adentro y vean que por muy simples que sean, y por muy obvios que aparenten ser ¿cuándo pensamos en ellos? Ahora vamos a pensar en ellos, ahora los vamos a tener con nosotros y vamos a pensar. Y en el momento de una difamación vamos a saber decirnos: “Qué quiere decir eso? ¿Cómo me siento?”. Lo primero que piensas es: ¡Qué mal tiene que estar una persona, para mentir de esa manera; ¡qué mal tiene que estar una persona, para poder decir eso de mí! ¡qué mal está, qué mal está! En sí ¿cuánto daño, verdaderamente, me hace y qué quiere decir esto para mi?”

Si alguien te critica porque no cree en lo que tú crees, ¿qué tiene que ver eso contigo? ¿Por qué vas a tratar de hacerle entender lo que tú entiendes o hacerle creer lo que tú crees?

El trabajo es interior, siempre, siempre, siempre interior.

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