NIVELES DE ‘CONSCIENCIA DE DIOS’
Extracto de la plática de Lionel del 4 de Septiembre 2005
Podemos preguntarnos que quiere decir tomar consciencia de Dios, pero tenemos que considerar que primero tenemos que tomar consciencia de que hay tal cosa como lo que llamamos Dios- o como comúnmente diríamos que Dios existe. Esa es una consciencia que se va tomando de encarnación en encarnación. En esta encarnación nacimos dentro de una familia de una cierta religión y toda nuestra imagen de Dios esta basada en las enseñanzas que nos dieron cuando jóvenes. A algunos nos bautizaron y a cierta edad nos prepararon para tomar la comunión, después nos prepararon para la confirmación. Eso nos formó una cierta imagen de Dios y nos puso por delante una cierta forma en la que teníamos que actuar para que Dios nos favoreciera, como sería por ejemplo ir al templo todos los domingos. Si hubiésemos nacido en una familia perteneciente al judaísmo, no habríamos hecho la primera comunión y nuestra confirmación de fe la habríamos hecho a los trece años, para lo que habríamos asistido a la doctrina, tal y como hacen los que se preparan para la primera comunión. Habríamos aprendido a leer hebreo y memorizar cantos y oraciones. Asistiríamos al templo los viernes y, por supuesto estaríamos obligados a casarnos con una persona de nuestra misma religión y educar a nuestros hijos de la misma manera. Lo mismo tendrían que hacer los hindúes, los siks, los musulmanes, etc. cada uno siguiendo los requerimientos de la religión en que nacieron.
Ahora, considerando que llevamos siglos de existencia y que hemos pertenecido a diferentes razas y religiones, llegamos al punto en que vemos el acercamiento a Dios como algo interior, el conocimiento de Dios como algo que no se puede explicar hasta que no tomemos nuestra propia consciencia de Él, que no es un concepto sino una consciencia. Tomar consciencia es vivir en el conocimiento de la existencia de un Dios que vive en nosotros mismos y en ese proceso existen varias etapas.
Vamos a ver esas etapas según las describe el Maestro Sri Ramakrisha, quien dice lo siguiente:
“Según los Vaishnavas, (un grupo religioso de la India que es muy respetado debido a ciertos sabios cuyas enseñanzas se han venido estudiando por siglos) los aspirantes y los que han tenido experiencias de orden divino pueden estar divididos en diferentes grupos. Los nombres en sánscrito para estos grupos son el ‘pravártaka’, el ‘sádhaka’, el ‘siddha’ y el ‘siddah del siddah’. El que acaba de poner el pie en el camino de la búsqueda es conocido como un pravártaka (o pudiéramos decir en nuestro idioma aspirante o principiante) y esto se debe a que algo se ha despertado en él. Luego se le llama sádhaka al aspirante dedicado a la práctica de la disciplina espiritual. La disciplina espiritual se llama sádhana y el que la practica es un sádhaka. Se le puede llamar un sádhaka al que lleva tiempo practicando disciplinas espirituales con regularidad, como la meditación, el japa (equivalente al rosario), la repetición del nombre de Dios en canto o lo que él o ella haya escogido como práctica espiritual. Esto es lo que se llama ser un devoto, o sea, practicar devociones. Luego se le llama siddha a aquel que sabe, a través de sus propias experiencias internas, que Dios existe. Hay una analogía en el Vedanta, (uno de los seis sistemas de la filosofía ortodoxa hindú) que lo explica de esta manera: El amo de la casa está durmiendo en un cuarto oscuro. Alguien está andando a tientas en la oscuridad para encontrarlo. Esa persona toca el sofá y dice “no, esto no es él”. Toca la puerta y dice “no, esto no es él”, toca la ventana y dice “no es él”. Esto se conoce en el Vedanta (o filosofía) como el proceso del “neti, neti”, esto no, esto no. Finalmente su mano toca el cuerpo del amo y exclama “¡Aquí está!”. En otras palabras, él o ella está ahora consciente de la existencia del amo (ése es el siddah) pero aunque lo ha encontrado, no lo conoce íntimamente.
"Hay otro tipo de devoto, y ése es conocido como el ‘siddah del siddah’, el ‘supremamente perfecto’. Existe una diferencia entre el que le habla al amo íntimamente y aquel que lo conoce de una forma más íntima y le habla a través del amor y la devoción. Un siddah ha, indiscutiblemente, llegado a Dios, pero el ‘siddha del siddha’, o ‘supremamente perfecto’, ha llegado a conocer a Dios muy íntimament."