LA UNIÓN DEL ALMA CON DIOS
Extracto de la Plática del domingo 7 de diciembre 2003
Hoy vamos a hablar de los diferentes grados de acercamiento o aún la Unión a Dios. Vamos primero a oír el tema en las palabras de Juan de la Cruz para después analizarlo de una forma que nos sea más comprensible a todos.
En la Subida al Monte Carmelo – Libro II, capítulo 5 San Juan de la Cruz ilustra como varias personas pueden ver la misma imagen y unos notar en ella detalles que otros no alcanzan a ver porque no tienen la percepción suficiente o vista para reconocer matices de esmalte o la verdadera calidad de la obra.
Lo que vamos a oír ahora es textualmente lo que el continúa diciendo después de esto, pero tenemos que reconocer que lo hace en un lenguaje no sólo antiguo sino muy velado. Hay también que tomar en cuenta que Juan de la Cruz escribió esta obra durante la Inquisición y tenía que cuidarse mucho de que sus interpretaciones no fuesen contradictorias a la de la Iglesia. Aún así podremos ver a lo que él se requiere de una forma tan velada.
San Juan se refiere a los niveles de Unión del Alma. A lo que le podemos llamar el acercamiento a Dios. Muchos seres poseen un cierto acercamiento a Dios del cual están conscientes aunque no lo clasifiquen como tal y se conforman con eso sin tener la necesidad de ir más lejos. Un ser puede decirse: soy bueno, creo en Dios, no le hago mal a nadie, ayudo al que pueda, etcétera. Y estas virtudes son sin duda alguna no sólo un acercamiento sino una cierta unión porque son las cualidades divinas que posee el ser humano las que lo unen o lo hacen uno con Dios. Sin embargo en ello hay ciertos grados de diferencia están, por ejemplo, aquellos que son especialmente buenos o especialmente amorosos. Están los que se preocupan y hasta se sacrifican por el prójimo compartiendo lo que tienen, pr poco que esto sea. También están los que dedican más tiempo a la práctica de la oración o ejercicios espirituales, esto va creciendo en su alma y debido a ello comienzan a proyectar más la divinidad hasta que llega el momento que se convierten en uno con ella. A eso llamamos la Unión. Éste ha sido el caso de grandes seres a través de la historia. Seres que se han apartaron de lo terrenal y mundano y vivieron en un alto grado de Unión con Dios. A ellos los llamamos santos.
San Juan de la Cruz, después de explicar cómo diferentes personas pueden apreciar la misma imagen en diferentes grados de observación y profundidad, lo compara a los grados en que Dios es percibido diciendo:
“De la misma manera podemos decir que se han unido las almas con Dios en esta ilustración o transformación. Porque es verdad que un alma, según su poca o mucha capacidad, puede haber llegado a unión, pero no en igual grado todas, porque esto es como el Señor quiere dar a cada una. Es a modo de cómo lo ven en el Cielo, que unos ven más, otros menos; pero todos ven a Dios y todos están contentos, porque tienen satisfecha su capacidad.”
Esto es a lo que nos referimos en un principio como los diferentes grados de Unión del alma con Dios. Vamos a estar tan unidos como deseemos, no más y no menos. Nosotros decidimos que tan alto queremos volar y por supuesto eso depende de la intensidad de nuestro deseo. Ya que es esta intensidad la que nos hace ir tomando los pasos necesarios para un mayor acercamiento.
San Juan dice que depende de “como el Señor quiera dar a cada uno”, pero se puede malinterpretar como si fuese capricho de Dios, cuando por supuesto no es así. Dios nos bendice según nuestros meritos. Sin embargo estas bendiciones pueden llegar de maneras muy diferentes. Nosotros podemos pensar que Dios nos bendice con más salud, un mejor trabajo, un mejor negocio, buenos hijos o cualquier otro bienestar material, que definitivamente son bendiciones y sí vienen de Él. Y podemos decir que no según nuestros méritos sino su voluntad pero eso se nos dice para que no juzguemos ni dictemos lo que debemos de recibir porque de nuevo de esa forma se implica que Dios tiene una voluntad caprichosa. Cuando en sí lo que debemos de comprender es que no podemos juzgar ni establecer nuestros méritos. Si compramos un kilo de arroz por cierta cantidad de dinero sabemos cuanto arroz debemos de recibir y de que calidad, pero eso no puede ser comparado con los dones y favores divinos ya que la báscula o la forma de medir son muy diferentes a nuestros conceptos.
Juan de la Cruz continúa:
“De donde, aunque acá en esta vida hallemos algunas almas con igual paz y sosiego en estado de perfección y cada una esté satisfecha, con todo eso, podrá la una de ellas estar muchos grados más levantada que la otra y estar igualmente satisfechas, por cuanto tienen satisfecha su capacidad.”
Hay muchos seres en este mundo que viven una vida bastante tranquila porque están satisfechos con lo que son y cómo son, y sienten que han logrado, si no todo lo que ellos querían, por lo menos una gran parte porque están viviendo a medida de sus deseos y tienen mucho por qué estar agradecidos. Sin embargo otras almas para poder sentirse de la misma forma complacidas y experimentar esa paz y sosiego necesitan estar en contacto interno con Dios. Y es por eso que se dice que aunque están en el mismo grado de paz y sosiego, una está más elevada que la otra.
Pero la que no llega a pureza competente a su capacidad, nunca llega a la verdadera paz y satisfacción, pues no ha llegado a tener la desnudez y vacío en sus potencias cual se requiere para la sencilla unión.”
La que no llega a pureza competente a su capacidad es el alma que no está viviendo de acuerdo a como sabe que tiene que vivir o actuando de la forma en que sabe que debe actuar y por lo tanto no puede encontrar paz y satisfacción. Esto es equivalente a lo que varias veces se nos ha dicho de que tenemos que vivir de acuerdo a nuestro nivel de conciencia. Si estamos viviendo o actuando de una forma que no es competente con lo que ya sabemos, estamos dejándonos llevar por un nivel de conciencia más bajo que nuestro conocimiento y mientras que otros puedan sentirse cómodos en ese nivel, nosotros no nos sentiríamos de la misma manera.
Si alguno de nosotros hiciera algo como participar en un fraude o unirse a cualquier acto ilícito por el hecho de necesitar dinero, estaría haciendo algo que conoce como incorrecto. Sin embargo no sería tan incorrecto para otros como lo sería para él, simplemente por el hecho de que estaría actuando por debajo de su nivel de consciencia y entendimiento, lo que no sería el caso en otros. O sea, estaría actuando desde un nivel que no le corresponde por no haber logrado llegar a la desnudez y el vacío, que nos lleva a ser honestos con nosotros mismos dejando a un lado lo que ya no va con nosotros como pensamientos, deseos y pasiones que se hacen activos porque aunque los hayamos reconocidos como inválidos y perjudiciales para nosotros no nos hemos librado de ellos. Eso nos impide alcanzar la suficiente desnudez para encontrar nuestra verdadera paz que es lo que nos lleva a la Unión.
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